Hoy os traigo una receta muy práctica, se trata de un delicioso pastel de manzanas, limón y canela que esconde un secreto…
Hoy os traigo una receta muy práctica, se trata de un delicioso pastel de manzana, canela y limón, que esconde un secreto. ¿Cuantas veces se te han olvidado unas galletas en el armario y al encontrarlas ya no estaban crujientes?
Con esta receta podrás darles una segunda oportunidad y convertirlas en un delicioso y rapidísimo pastel. ¿Pastel hecho de galletas? Si. Las galletas están elaboradas básicamente con azúcar, grasa y harina, los mismos ingredientes que un pastel, así que son un perfecto substituto de sus principales ingredientes. Para esta receta he utilizado unas galletas danesas de mantequilla, pero la gran mayoría de las galletas te pueden servir.
Solo hace falta triturarlas, añadirles los demás ingredientes y cubrirlas con la fruta que más te guste. Según el tipo de galletas que utilices, el pastel tendrá un sabor y textura ligeramente distintos, prueba con las que tengas por casa. Añádeles un toque de especias o cáscara de cualquier cítrico, unas pepitas de chocolate o un toque de mazapán, y dale una segunda vida a ese olvidado paquete de galletas.
Es una receta facilísima, ideal para hacer con niños, o como receta improvisada para un desayuno, para acompañar un café o como postre. Y recuerda, tus invitados solo descubrirán el ingrediente secreto si tú se lo cuentas.
Utensilios y electrodomésticos indispensables
- Molde para tarta o pastel de aprox. 25 cm ø
- Horno.
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Preparación
1. Lava las manzanas, pélalas y resérvalas. Engrasa el molde con mantequilla y espolvoréale harina por su superficie. Ralla la piel de dos limones y resérvala. Exprime uno de los dos limones y reserva el zumo.
2. Parte las manzanas por la mitad, quítales el corazón y córtalas en gajos. Añádeles el azúcar, la cassia o canela y el zumo de limón. Reserva la mezcla. Precalienta el horno a 190 ºC.
3. Deposita las galletas en una bolsa de plástico o entre dos hojas de papel sulfurizado, tritúralas con la ayuda de un rodillo de cocina. Deben quedar algunos trocitos de galleta, así que no hace falta que las pulverices del todo. Yo he utilizado galletas danesas de mantequilla, pero puedes probar con las galletas que tengas por casa, siempre y cuando no tengan relleno. Deposita las galletas trituradas en un bol, añádeles la canela y la ralladura de limón.
4. Añade el mazapán troceado y la levadura química. Mezcla bien hasta que se incorporen al resto de los ingredientes. El mazapán hará que el pastel quede más tierno y menos seco. En caso de que no tengas mazapán, puedes substituirlo por 35 gr. de mantequilla previamente derretida y 15 gr. de azúcar.
5. Separa las claras de las yemas, monta las claras a punto de nieve y resérvalas. Añade las yemas a los ingredientes secos y a continuación la leche, mezcla bien hasta formar una masa pastosa. Añade las claras montadas, mezcla realizando movimientos envolventes mediante una lengua de cocina.
6. Una vez obtenida una mezcla homogénea, viértela en el molde y distribúyela de manera uniforme. Limpia los bordes del molde, en caso de que se hayan manchado de masa, para evitar que esas gotas se quemen en el horno.
7. Coloca los gajos de manzana ordenadamente por la superficie del pastel e introdúcelo en el horno, sobre una rejilla a la altura baja del horno. Hornéala a 170ºC durante 30 minutos.
8. Transcurrido el tiempo de cocción, retira el pastel del horno y déjalo enfriar sobre una rejilla antes de servirlo. Puedes cubrirlo con glaseado de limón, o acompañarlo de nata montada, crema chatilly, crema de vainilla, etc. Para hacer un glaseado de limón, mezcla azúcar glasé con unas gotitas de zumo de limón, la cantidad de zumo de limón variará según la consistencia que le quieras dar al glaseado.
Consejos e ideas
-Es importante, que las galletas estén en buen estado. Deshecha las galletas caducadas, o que hayan sido expuestas a humedad. Para esta receta utilizaremos galletas que a pesar de haber sido conservadas en las condiciones adecuadas, ya no estén tan crujientes como si estuvieran acabadas de abrir.
-Si no tienes un rodillo de cocina, puedes utilizar una botella de vidrio para triturar las galletas, o pasarlas por la trituradora unos segundos.
-Puedes cubrir el pastel con las frutas que más te gusten. Personalmente recomiendo peras, melocotones o frutas del bosque.
-Puedes añadirle pepitas de chocolate a la masa, en ese caso queda ideal si la cubres con plátano y no será necesario que le añadas azúcar a la masa.
-Como en mi caso, puedes cubrir el pastel con glaseado de limón, nata montada o crema chantillí. Si quieres darle un toque de contraste, puedes substituir la nata por yogur griego con un poco de azúcar, el toque ácido le queda muy bien al pastel.
-Puedes aromatizar la masa con las especias o ingredientes que más te gusten, no necesariamente debe ser canela o cassia y ralladura de limón. Vainilla, ralladura de naranja, agua de azahar o un chorrito de licor pueden ser una buena opción. O atrévete a convertirlo en un pastel de chocolate añadiéndole cacao y pepitas de chocolate. ¡Encuentra tu combinación favorita!
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