Hoy os traigo una receta de mermelada ecológica, una excusa perfecta para aprovechar las bayas del huerto y desvelar los secretos de la mermelada casera…
Hoy os traigo una receta de mermelada ecológica, una excusa perfecta para aprovechar las bayas del huerto y desvelar los secretos de la mermelada casera. En esta ocasión he escogido la grosella roja como protagonista de la receta, acompañada por un toque de limón y una aromática nota de vainilla. La grosella roja, ribes o zarzaparrilla roja es una baya endémica del norte y este de Europa.
Es muy consumida en los países escandinavos en platos dulces y también algunos salados. Tradicionalmente se consume en forma de mermelada o gelée y también es un ingrediente muy utilizado para la elaboración de postres o tartas de verano. Es muy valorada por su alto contenido en vitamina C, fibra y delicioso sabor ácido y afrutado. Anímate a probarla en forma de mermelada ¡Te encantará!
Utensilios y electrodomésticos indispensables
- Olla o cazuela de 3 litros de capacidad
- Termómetro de cocina
- Pincel de cocina
- Botes o envases de vidrio con tapa hermética
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Preparación
1. Lava las grosellas, retira las ramitas y deposita la fruta en un cazo de 3 litros de capacidad.
2. Limpia los botes o envases que vayas a utilizar para guardar la mermelada. Una vez limpios hierve tanto los botes como las tapas de los mismos en un cazo con agua durante 20 min. para esterilizarlos. Transcurrido el tiempo, desecha el agua y retíralos del cazo sin tocarlos por dentro. Es muy importante que los botes estén bien esterilizados ya que, a no ser así, podrían crecer microorganismos en el interior de la mermelada.
3. Añade el azúcar y el azúcar de vainilla (o vainilla natural) sobre las grosellas. Mezcla con una pala de cocina y calienta el cazo a fuego flojo, removiendo de vez en cuando para que no se pegue al fondo y para obtener una mermelada de una textura más suave, con unos cristales de azúcar más pequeños.
4. Cuando empiece a espumar, retira toda la espuma pasando un pincel humedecido en agua por la superficie de la mermelada. Continúa hirviendo la mermelada a fuego flojo hasta que alcance los 105 ºC.
5. En cuanto la mermelada llegue a los 105ºC, exprime el medio limón y vierte el zumo sobre la mermelada, mezcla con una pala de cocina y mantén en el fuego durante medio minuto más. Transcurrido el tiempo, retira el cazo del fuego. El zumo de limón tiene varias funciones: es un conservante natural, aporta una nota ácida y cítrica a la mermelada y afecta a la textura y densidad de la misma. La acidez del zumo de limón interfiere en la estructura de la sacarosa, descomponiéndola en glucosa y fructosa. Estos dos componentes interfieren en cristalización del azúcar, evitando que la mermelada caramelice, su color pardee en exceso y la mermelada quede demasiado densa.
6. Vierte la mermelada en los botes o envases de vidrio esterilizado, rellénalos hasta el borde y ciérralos. Debido a la temperatura de la mermelada el bote se cerrará al vacío. La mermelada se puede conservar fuera de la nevera en un lugar fresco, seco y alejado de fuentes de luz intensa. Una vez hayas abierto la mermelada debes conservarla en el frigorífico y consumirla en un corto plazo de tiempo. Por ese motivo es más recomendable utilizar varios botes de un tamaño más pequeño, para que el contenido se acabe antes, que botes de un tamaño grande.
Consejos e ideas
-Prueba esta deliciosa mermelada con un poco de mantequilla o queso fresco y tiernos panecillos de nueces caseros, o unas suaves crêpes, la combinación queda buenísima .
–Si no tienes un termómetro de cocina, puedes calcular la temperatura de la mermelada según su viscosidad y densidad. Para ello, puedes hacer la “prueba de la gota”. Deposita una gota de mermelada caliente sobre un plato y comprueba su densidad una vez la gota se haya enfriado. En caso de que esté demasiado líquida tendrás que hervirla durante más tiempo para que se reduzca la cantidad de agua que contiene y espese. Otra manera fácil de calcularla es fijándote en el momento en el que la mermelada empieza a burbujear tanto que salpican gotas de mermelada muy caliente en las paredes del cazo e incluso saltan fuera del mismo, en ese momento estará aproximadamente a unos 105 ºC. Ten cuidado de no quemarte, ten un trapo o servilleta a mano para retirar la mermelada de tu piel lo antes posible y evitar que te salga una ampolla.
-Es muy importante que los botes o envases que vayas a utilizar estén muy bien esterilizados, las bacterias que pueden crecer en la mermelada en caso de una mala esterilización pueden ser muy peligrosas. La bacteria más peligrosa en estos casos es el Clostridium botulinum, que produce una toxina que puede causar botulismo. Así que no olvides este paso, ahorrar tiempo en este caso no vale la pena y puede ser peligroso para tu salud.
-Si reduces el contenido de azúcar hasta la mitad, y añades un poco de pectina a la mezcla al alcanzar los 105ºC obtendrás una deliciosa salsa escandinava para carnes rojas. El contraste del dulce, salado y ácido combinan a la perfección.
-Si quieres puedes darle un toque especial a tu mermelada añadiéndole especias como: canela, nuez moscada, macis, cassia, pimienta de jamaica, etc. Se creativo/a y crea tus propias combinaciones o atrévete con hiervas aromáticas, te sorprenderán.
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